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Más allá de las fronteras

Almudena de la Rosa y Alezeya Sánchez se conocieron en la escuela infantil El Ardal en Madrid, España. “Mi hijo mayor estaba en clase con Hugo, el hijo de Almudena, y conectaron muy rápido. De aquella relación entre ellos surgió una amistad entre nosotras, las madres”, explica Alezeya. Ellas pusieron en marcha el documental Más allá de las fronteras que narra el día a día de Hugo. “Conseguir que las personas vean a Hugo por sus virtudes y no por sus dificultades es el mejor trabajo que hay”, concluye Almudena.

Cómo surgió la idea del documental

La idea inicial no era hacer un documental. Alezeya, directora de ALEZEYATV, cuenta: “Inicié un videoblog en el garaje de mi casa por hobby, en el que pretendía hablar sobre cómo nuestros niños entienden el mundo de la tecnología. Y en uno de los rodajes participó Hugo. Nos impresionó cómo manejaba, siendo tan pequeño, los dispositivos digitales y nos enamoró su capacidad de comunicar con el espectador a través de la cámara con sólo una mirada. Hugo tiene una relación especial con el mundo audiovisual que se puso de manifiesto especialmente durante aquel rodaje. Le gustaba tanto estar delante como detrás de la cámara.”

La intención de Alezeya era únicamente recopilar imágenes de los mejores momentos de Hugo para hacerle un regalo a su madre. “Pero, al empezar a crear aquel archivo, me di cuenta de que teníamos mucho más que contar y de que su historia era realmente especial.”

“El documental no fue algo que buscáramos” explica Almudena, la madre de Hugo, “nos dejamos llevar.”

“De forma natural” comenta Alezeya “junto con miembros del equipo de rodaje y la familia de Hugo, decidimos hacer algo un poco más completo y reflejar cómo es el día a día de Hugo y de su entorno… y poco a poco, fueron sumándose voces, personas, ayudas y voluntarios que crearon la ‘bola de nieve’”.

Almudena explica que, una vez comprobado que todo el que participaba lo hacía sin ánimo de lucro y que se protegería a todos los niños que salían en él, “sólo nos quedaba disfrutar del viaje sin ninguna expectativa.” Y entonces, “la sensación, pasado un tiempo era algo así como que todo el mundo estaba a disposición para que aquello se llevase a cabo.”

Nos dice que esa sensación le daba la postura que mantenía su propio niño. “Su semblante era seguro, de normalidad ante aquella situación tan extraordinaria.”

Vivir el documental fue emocionante, relata Almudena. “Sobre todo, escuchar cómo todos describían al niño. Cómo se acercaban a él, con una mirada positiva. Y cómo el niño les sorprendía, no dejaba a nadie indiferente.”

Un documental completamente amateur

“Sin duda lo más complicado es sacar adelante un proyecto de estas características sin medios físicos”, explica Alezeya, ya que tuvieron que tomar prestadas las cámaras, los focos, las grabadoras para poder grabar durante unas horas y devolverlas, “intentando cuadrar las agendas con los entrevistados, los centros y los voluntarios que participaban en los rodajes”.

“No ha sido un proyecto planificado desde cero, con una estructura clara, un orden, un equipo y presupuesto fijos. Se ha ido haciendo poco a poco, pieza a pieza y con mucho tesón. La edición, montaje y etalonado ha supuesto más de dos años y la música, un quebradero de cabeza”, añade.

Pero afirma que lo más fácil fue encontrar apoyos: “la historia enamoraba a toda persona que se acercaba al proyecto y nos ha resultado muy sencillo y gratificante contar con el apoyo y acogida de todos los organismos, empresas y profesionales a los que hemos contactado.”

La presentación del documental

La presentación del documental se realizó en el centro de estudios ESNE, donde tuvo lugar una mesa redonda una vez finalizada la proyección.

“La presentación del documental fue inolvidable. Me quedé muy impactada”, cuenta Almudena. “Cada persona que intervenía en el coloquio lo hacía desde la parte personal donde le había tocado el documental y sin ataduras conseguían expresarse delante de todos los que estábamos allí”, recuerda.

Alezeya nos comenta que “fue un momento mágico y especial. Reunir a todas las personas que participaron a lo largo de tanto tiempo, de forma altruista y desinteresada, compartir juntos el resultado, ver la emoción del público, el reconocimiento de grandes profesionales… Es difícil describir lo que sentí aquel día.”

Y además…

Como proyecto personal, Almudena está a punto de sacar un libro “Mi abrigo fucsia” donde cuenta toda la historia de Hugo desde el principio y bajo su mismo prisma siempre en positivo y de crecimiento. También tiene una web donde cuenta su experiencia y cómo se hizo el documental: www.masalladelasfronteras.com

En cuanto al documental, se ha presentado en distintas instituciones, colegios, universidades… y continuarán con su difusión. “Como siempre he dicho con este tema, nunca he tenido expectativas, ni sueños, ni prisa. De forma, que todo se irá dando como hasta ahora, cuando tenga que ser. Y así lo disfrutaremos”.

Almudena de la Rosa ofrece su testimonio para Volver a Escuchar en esta entrevista.